sábado, 30 de abril de 2011

Sírvase:

Poder de gestación:

Colocar el vacío infinito
de las sensaciones
en el filtro de la presión.
Juntamente ,
con las trágicas lecturas diarias,
osease,
el noticiero matinal.
Filtrar como el agua al café
a tiempo presto y vivace
hasta que el cuerpo se disuelva
y quede el elixir de la imaginación.
Servir en tacitas de plata
por si el enemigo también huye.
aseret 411

viernes, 29 de abril de 2011

Moby - Running




Mujeres que vuelan con los pies en el suelo
El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid acogen hasta el 5 de junio la muestra 'Heroínas', un recorrido por el papel de la mujer como agente activo a lo largo de la historia

PILAR VERA / MADRID |
Una de las mayores sorpresas en la Odisea está en el canto del descenso de Ulises a los infiernos. Tras hablar con su madre muerta, Ulises ve desfilar a los espectros de las mujeres míticas que han fallecido. Una lista que incluye a "prudentes" y a malditas: Tiro, Antíope, Ariadna, Leda, Leto, Fedra, Erifile. ¿Tantas eran?, se pregunta uno. ¿Tantas mujeres pasaron a la intrahistoria del mito y la leyenda? Por supuesto, por supuesto que lo eran. Muchas, muchísimos nombres válidos, anónimos o gastados, a pesar del demérito y el silencio. Ese es el mensaje que parece transmitir la muestra que acogen, hasta el 5 de junio, el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid. Heroínas recorre el papel de mujeres activas e independientes a través de la historia y el mito y su reflejo en el arte, con especial énfasis en los autores de la contemporaneidad, del XIX en adelante.

La colección repasa los arquetipos femeninos desde tiempos homéricos, en un arco bien trazado que pone en un extremo la mirada abierta de la oteadora Penélope y, en el otro, el ceño de borrascas de Frida Kahlo. Entre ellas, entre todas ellas, la traza común es la ausencia absoluta de sumisión. Por eso caben, en el mismo saco, mártires y amazonas, místicas y hechiceras. Unos ejemplos que vienen servidos, además, con vuelta de tuerca respecto al origen. Las primeras mujeres obstinadas fueron las que esperan - Penélope era "la gansa" debido a su cabezonería-, pero resulta que hoy en día su representante más veraz es la solitaria viajera de la Habitación de hotel (1931) de Hopper. Campesinas y trabajadoras son sublimadas en su condición de sostenes invisibles y pasan a ser dignas cariátides -como atestiguan Jules Breton o Pisarro-. Tras ellas viene el grupo de las ménades, en el que se cuela la delirante Iris, mensajera de los dioses, pillada al vuelo por Rodin.

Hay atletas y amazonas, valquirias furiosas. Está aquí la descorazonadora Amazona herida, de von Stuck, y un fantástico bronce que recrea en tres dimensiones la torsión imposible de su Amazona y centauro. Mujeres determinadas a vestir unas corazas que terminarían transmutándose en corsés y jaulas.

La figura de Juana de Arco -que preside la entrada de la Casa de la Moneda en el enorme lienzo de Jean-Jacques Scherrer- sirve de bisagra entre las dos partes de la exposición, la que recuerda el poder físico de la mujer y la que llama a su fortaleza espiritual o intelectual. La doncella de Orleans reúne en sí los iconos de guerrera, mártir y bruja. Su presencia inicia además, dentro de la muestra, la de mujeres con huella dactilar. Nadie sabe si hubo o no una Ifigenia, cuál fue la última verdad en el realismo mágico de Santa Eulalia, los nombres de las espigadoras, de las lavanderas. Pero Juana de Arco existió. A su sombra hereje se arropan brujas y hechiceras, la mayoría ataviadas a la moda prerrafaelita -con algunos de los ejemplos más famosos del movimiento, como La bola de cristal o La dama de Shalott de Waterhouse-. A los pies de la de Orleans acuden también las mártires, entre las que se incluye a Safo, mártir de sí misma y del amor no correspondido, y uno de los primeros nombres tangibles que encontramos.

A partir de ahí, como decimos, las mujeres tienen entidad y, curiosamente, se elevan: aparecen místicas como Santa Teresa, que cocinan en volandas. Todo lo que las ata comienza a quedar atrás. Vuelan. "Un sedimento de los poderes mágicos o espirituales atribuidos a las mujeres en la iconografía tradicional -explica el catálogo de Heroínas- queda encerrado en la figura de la lectora". La primera de las atrevidas lectoras que aparecen en la lista es María Magdalena leyendo, de Benson (1530). Las letras lindaron siempre con el pecado, como muestra La lectora de novelas de Antoine Wiertz (1853), que se deleita desnuda con los títulos que le facilita el diablo y que ella esconde, cediendo a la vanidad y las ilusiones, tras un espejo. Algunas modelos, sin embargo, leen envueltas en luto -qué gran retrato de desolación silenciosa es el de Helena de Kay (Homer, 1872)-, dejando en claro el poder de la lectura como herramienta de catarsis.

Y tras ellas, por supuesto, el último estadio es el de las pintoras. Las primeras en tener voz propia, mirada al frente, un rostro según su medida. Las individualidades más absolutas, ya que no necesitan ser observadas por el tamiz del ojo ajeno. Sofonisba inaugura ese otear al exterior desde los pinceles, casi con miedo. En el último autorretrato de la serie, la Kahlo se esfuerza por mirarnos con desafectación e indiferencia. Entre medias, entre muchas, Artemesia Gentileschi, Barbara Longhi, Angelica Kauffmann. Alguna, disfrazada. Casi todas, vindicadas junto a sus paletas. Destaca el Autorretrato de Elisabeth Vigée-Lebrun, la pintora más prolífica del XVIII, que muestra un rostro joven e ilusionado a sus 36 años. O el de Marie Bashkirtseff, que observa desde el cansancio, la determinación y la autocomplacencia. Consciente de su victoria.

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martes, 26 de abril de 2011

Alegoría a La Literatura.



Monumento al Quijote de Cervantes en la Plaza España de Madrid. Figura femenina alegórica de" la literatura", que sostiene en su mano izquierda como lectura, tan universal obra.

lunes, 18 de abril de 2011

Perdóname Luna - Las migas




Pronto,
muy pronto moriré en tus labios.
Como fallece la expiación en el desalojo del soplo
a golpe de mañana,
como se purifica el acaecer de lo sucedido
en la retina de la tarde,
como se disuelve el oprobio en la oscuridad de la noche
ejecutando al oído.

Y en la nada nace.

Pronto,
tan pronto,
que lo sucedido en el ocurrente
se volverá agua ,
y esta agua.
En río.

411-aseret

Poema.



EL AMOR

Y él alzó su cabeza, miró a la gente
y la quietud descendió sobre todos.
Entonces, con fuerte voz dijo:

Cuando el amor os llame, seguidle.
Aunque su camino sea duro y penoso.
Y entregaos a sus alas que os envuelven.
Aunque la espada escondida entre ellas os hiera.
Y creed en él cuando os hable.
Aunque su voz aplaste vuestros sueños,
como hace el viento del norte,
el viento que arrasa los jardines.
Porque, así como el amor os da gloria,
así os crucifica.
Así como os da abundancia, así os poda.
Así como se remonta a lo más alto
y acaricia vuestras ramas más débiles,
que se estremecen bajo el sol,
así llegará hasta vuestras raíces
y las sacudirá en un abrazo con tierra.
Como a gavillas de trigo
él os une a vosotros mismos.
Os desgarra para desnudamos.
Os cierne, para libraros de los pliegues
que cubren vuestra figura.
Os pulveriza hasta volveros blancos.
Os amasa, para que lo dócil y lo flexible
renazca de vuestra dureza.
Y os destina luego a su fuego sagrado,
para que podáis ser sagrado pan
en la sagrada fiesta de Dios.

Todo esto hará el amor en vosotros
para acercaros al conocimiento de vuestro corazón
y convertiros por ese conocimiento
en fragmento del corazón de la Vida.
Pero si vuestro miedo
os hace buscar solamente la paz
y el placer del amor,
entonces sería mejor
que cubrierais vuestra desnudez
y os alejarais de sus umbrales
hacia un mundo sin primavera
donde reiréis,
pero no con toda vuestra risa,
y lloraréis,
pero no con todas vuestras lágrimas.

El amor no da más que de sí mismo
y no torna nada más que de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.
Porque el amor es todo para el amor.
Cuando améis no digáis:
"Dios está en mi corazón",
sino más bien:
"Yo estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis en dirigir el curso del amor
porque será él,
si os halla dignos,
quien dirija vuestro curso.
El amor no tiene otro deseo
que el de realizarse.

Pero si amáis
y no podéis evitar tener deseos,
que vuestros deseos sean estos:
fundirse y ser como el arroyo,
que murmura su melodía en la noche;
saber del dolor del exceso de ternura;
ser herido
por nuestro propio conocimiento del amor;
sangrar voluntaria y alegremente.


(Khalil Gibran)

LA LUNA EN TI - Trailer




Como tantas mujeres, Diana ha estado padeciendo reglas dolorosas desde hace años. Cada mes se plantea la misma pregunta: “¿Por qué tanto dolor y molestias si estoy sana?”. Lo que al principio fue sólo curiosidad se transforma para ella en un emotivo viaje hacia las raíces más profundas de la feminidad y la vida.

La Luna en Ti es una mirada limpia sobre este tabú, y cuestiona la realidad social de mujeres y hombres de una forma más profunda de lo que la sociedad está dispuesta a admitir. El documental aborda el tema a través de referencias personales y colectivas, desafiando, de esta manera, nuestras ideas preconcebidas sobre lo que es la feminidad.

Título original:La luna en ti (Moon Inside You)
Dirección: Diana Fabianova
Guión: Diana Fabiánová, Mona León y Marion Doussot.
Producción: Jerónimo Molero.
Música: Olivier Samouillan y Pierre Bats.
Fotografía: Jerónimo Molero. Montaje: Tatjana Jankovic.
Distribuidora: Karma Films
Productora: Arte, Avenue B Productions, STV, Ubak Producciones
País de producción: Francia, España, Eslovaquia
Año: 2009
Duración: 75 min.

miércoles, 13 de abril de 2011

Llanto compartido.

Klaus & Kinski - Deja el odio para despues de comer

Aclarando sombras.



Vivo en la tremenda presencia
de aquel beso
que ya ni recuerdo.
En la terminal prontitud de aquella caricia
que ya no siento.
En el hálito floral de aquellas palabras
que ya no escribo.
En el aroma de este cuerpo
que ya no tengo entre mis brazos,
pero que todavía me sostiene
en ingrávido equilibrio.
...
aseret411

martes, 12 de abril de 2011

jueves, 7 de abril de 2011

Toda una vida. Aute, Intemperie.




Si bien huyo del frío

tampoco prendo en la hoguera.

Quedo en las cenizas cenicientas

que no vienen a cuento,

o en el humo suspendido

que se alejó de la llama.

Cómo sorda y ciega

me enredo

en su singular silueta,

danzando el pensamiento ,

que ni fluye,

ni se dispersa.

aseret 4-11

domingo, 3 de abril de 2011

Paralelos y paralelas.





No olvidamos del consuelo su dolor,
ni de la pena su nostalgia,
¿No fue Dios quién nos bendijo con su gracia?
¿Y no fue él quién nos mostró su paraíso?

Paralelos a su luz en esta tierra de sombras paralelas.
4-11

Encuentro.

Intersección.

sábado, 2 de abril de 2011

Luis Eduardo Aute - Quiereme - Videoclip

Poemas de Roberto Juarroz.

El silencio que queda entre dos palabras...

El silencio que queda entre dos palabras
no es el mismo silencio que envuelve una cabeza cuando cae,
ni tampoco el que estampa la presencia del árbol
cuando se apaga el incendio vespertino del viento.

Así como cada voz tiene un timbre y una altura,
cada silencio tiene un registro y una profundidad.
El silencio de un hombre es distinto del silencio de otro
y no es lo mismo callar un nombre que callar otro nombre.

Existe un alfabeto del silencio,
pero no nos han enseñado a deletrearlo.
Sin embargo, la lectura del silencio es la única durable,
tal vez más que el lector.

Estoy contigo...

Estoy contigo.
Pero por encima de tu hombro
me dice adiós tu mano que se aleja.

Entonces yo contengo mi mano
para que no nos traicione ella también.

E insisto:
estoy contigo.
Los innegables títulos del adiós
abandonan entonces provisoriamente sus derechos.

Y nuestras manos se aquietan
en las equidistancias de estar juntos.

Hay corazones sin dueño...

Hay corazones sin dueño,
que no tuvieron nunca la oportunidad
de regir como un péndulo casi atroz
el laborioso espasmo de la carne.

Hay corazones de repuesto,
que esperan sabiamente
o por quién sabe qué mandato
el momento de asumir su locura.

Hay corazones sobrantes
que se descuelgan como puños de contrabando
desde la permanente anomalía
de ser un corazón.

Y hay también un corazón perdido,
una campana de silencio,
que nadie sin embargo ha encontrado
entre todas las cosas perdidas de la tierra.

Pero todo corazón es un testigo
y una segura prueba
de que la vida es una escala inadecuada
para trazar el mapa de la vida.


Roberto Juarroz.